Se conserva en la Galería Palatina del Palacio Pitti de Florencia, Italia.
Muestra a Virgen abrazando al Niño Jesús mientras que un joven Juan Bautista mira con devoción.
Parece que toma su inspiración para esta obra mientras transitaba por Velletri, representándose a la Virgen como una campesina del lugar.
El clérigo ermitaño entonces impartió su bendición tanto al árbol como a la joven y profetizó que ambos, un día, “conquistarían la inmortalidad”.
De esta suerte, según la profecía del Sacerdote ermitaño, tanto la joven como la encina -de la que había salido la madera con la que se hizo la tapadera- alcanzaron la inmortalidad gracias al arte del maestro.