Suele ser el último domingo de agosto por la tarde (o el anterior, si el último está muy próximo a septiembre y no da tiempo para celebrar las Novenas en honor a la Virgen antes del 8 de septiembre).
Tras finalizar la vendimia y empezar las lluvias se sube a la Virgen al santuario.
Sostiene en su regazo a Cristo a modo de trono, subrayando su Maternidad, el Niño también está coronado como Rey del Universo, es lo que se vino en denominar con el termino griego Theotocos o Theotokos en Griego clásico Θεοτόκος, denominándose más tarde en latín como Deipara o Dei genetrix, manteniéndose Deipara en español, denominación atribuida exclusivamente a la Virgen como Madre de Dios.
La catequesis visual era fundamental, en aquellos siglos la mayor parte de la población no sabía leer ni escribir.
El santuario se puede visitar cualquier día, dependiendo el horario si es verano o invierno.
Por dentro de la iglesia, existe un pequeño museo que se puede visitar los sábados y domingos por la tarde.