La imagen se fecha comúnmente hacia 1550,[1][2] aunque el historiador del arte Juan José Martín González la situó en torno a la década de 1560,[3]: 27 siendo datada también hacia 1540[4] e incluso en el primer tercio del siglo XVI.
De proporciones anatómicamente incorrectas (presenta líneas irracionales y caprichosas acorde a los criterios manieristas del autor),[7] la Virgen aparece de pie con el rostro en posición frontal e inclinado a la derecha, con la vista dirigida al suelo y esbozando una leve sonrisa acentuada por un mentón marcado y unas mejillas redondas.
El brazo derecho se halla flexionado y alzado con la mano abierta en actitud de exaltación y júbilo, lo que la diferencia de otras imágenes bajo esta advocación en las que la Virgen figura serena.
El manto posee policromía azul en el exterior y rosada en el envés, luciendo un ribete dorado y estofados similares a los presentes en la túnica (los ropajes poseen repintes de época barroca).
[8]: 56 La obra, influenciada por los artistas italianos del momento,[7] se remata con un velo ribeteado el cual cubre la cabeza hasta las cejas y deja al descubierto el cabello, cuya tonalidad oscura contrasta fuertemente con la encarnación a pulimento.