Virgen de la Cerca (Andosilla)

La imagen se venera, bajo un templete, en la moderna basílica del mismo nombre, situada en la plaza de los Fueros.

Este edificio fue construido en 1996 gracias a la generosidad de dos familias del pueblo: la Del Val, que donaron el terreno, y la formada por Emilio Ábrego Osés y Josefina Lacunza Guerendiáin, que sufragaron los gastos de su construcción.

Es posible pensar que en el siglo VIII, comenzada la dominación musulmana, ya existiera una imagen de la Virgen.

Expulsados los musulmanes de la villa, se construyó una ermita en el mismo lugar donde apareció.

[3]​ La primera labor realizada consistió en levantar cuidadosamente todas las capas de tosca pintura añadidas hasta dejar al descubierto la suya primitiva.

Una vez limpias todas estas partes dejaron ver que el fondo era rojo cardenal, sobre el que resaltaban rombos de plata, recuadrados con adornos blancos, y rosetas estrelladas en amarillo dentro de dichos rombos.

El manto de la Virgen, como el del Niño, fueron pintados de rojo y luego dorados al mordiente con oro falso, mientras que el color primitivo que se descubrió, al limpiar, era verde oscuro con recuadros dorados orlados con unos adornos de tonos claros y sobre los dorados iban en blanco unos rosetones estrellados.

[6]​ La Virgen tiene sostenida en la mano derecha una manzana dorada y con la izquierda sustenta sobre sus rodillas al Niño, el cual tiene la derecha levantada en actitud de bendecir, a la que le faltaban tres dedos, mientras que con la izquierda tiene un libro abierto apoyado en las rodillas.

Realizado todo esto, restaba acometer la labor de restauración, apoyada exclusivamente sobre los datos que en la limpieza se habían ido poniendo en claro, con objeto de reintegrar la imagen a su estado primitivo y dejarla, por otra parte, consolidada en forma que pudiera resistir el paso del tiempo.

Medio siglo después, en 1768, se decidió que las reliquias existentes en la iglesia parroquial fueran trasladas a la ermita.

En 1951, fue reparada en profundidad por el entonces párroco de la villa, Agapito Solbet Martínez, ya que la humedad minaba sus muros.

La imagen antes de la restauración de 1944
Vista general de la ermita
Puerta de entrada a la ermita
Interior de la antigua ermita
Memorial en la antigua ermita