La Bien Aparecida era ya tratada por los cántabros como su patrona, mucho antes de que fuera declarada oficialmente.
Tiene el manto levemente recogido con la mano derecha y el vestido es dorado con los pliegues en azul.
El pedestal consta de cuatro franjas: la superior verde, las dos centrales doradas y la inferior negra.
Su antigüedad no es anterior al siglo XV y actualmente se conserva intacta, cubierta con vestiduras de gran belleza.
Oye complacida nuestro alegre canto, si del pecho brotan himnos en tu honor.