Virgen de la Antigua (Guadalajara)

Nuestra Señora es una imagen de vestir propia del siglo XVII, en la que solo son de talla el rostro y las manos, que vino a sustituir a la original y legendaria.

Será en el siglo XVIII, después de años de inestabilidad, cuando la cofradía experimente procesos contrarios: primero con su disolución en 1755 y después con su refundación en 1759, momento desde el que iniciará una singladura de especial compromiso, nunca interrumpida hasta el siglo XXI.

Momentos claves de las distintas juntas directivas han sido su proclamación como patrona de Guadalajara, la concesión en 1890 del título de Real Cofradía por la Reina Regente María Cristina, la coronación canónica por el Cardenal Pedro Segura en 1930 y la reconstrucción y mantenimiento del santuario, empresa a la que aún hoy se destinan importantes recursos económicos.

Santo Tomé goza por tradición histórica del privilegio de ser considerada la iglesia más antigua de la ciudad, siendo la única que mantuvo culto durante la dominación califal.

A finales del siglo XVIII, su párroco, Francisco Escobar, la describía en estos términos: En 1831, Pedro Inguanzo y Rivero, Arzobispo de Toledo, declaró a Santo Tomé iglesia auxiliar de otra parroquias, permaneciendo abierta al culto como santuario dedicado a Nuestra Señora de la Antigua.