[1] En 1538, el santuario fue destruido[2] por la Reforma inglesa propiciada por el rey Enrique VIII y que desembocaría en la Iglesia anglicana.
La estatua de la Virgen fue llevada a Londres con otras imágenes para ser quemada.
[3] Antes incluso, el propio rey Enrique VIII realizó peregrinaciones a Walsingham y su primera esposa Catalina de Aragón, también peregrinó en varias ocasiones a Walsingham para rogar por un heredero varón.
[4] Tras la Reforma el lugar quedó desolado por largo tiempo, hasta que en 1934 se restauró una de las capillas en el camino de los peregrinos, la «Slipper Chapel» (siglo XIV), que había sido usada como establo.
También en 1934, los obispos católicos ingleses declararon la capilla Santuario Nacional y se renovaron las peregrinaciones.