Los orígenes del Santuario de Chapi se remontan aproximadamente al siglo XVIII.
Este ayllu pertenece a Moquegua (ya que el límite de las regiones está entre la Capilla Vieja y el actual Santuario).
Una gran parte se dirigió hacia Yarabamba y Quequeña ya que allí les otorgarían tierras de cultivo.
Otra parte se estableció en Pocsi y Polobaya y un tercer grupo principalmente los indígenas que vivían en el pueblecito de Paranay, se dirigió hacia la quebrada pues aunque las aguas fueron desviadas había suficiente caudal en el río para el cultivo del valle.
En estos traslados hacia los mencionados pueblos los habitantes llevaban consigo las imágenes de sus santos más venerados.
Durante poco más de cincuenta años los pobladores que ya no eran paranayos sino chapeños veneraron a su patrona en esa humilde capilla cuyos restos aún hoy pueden verse.
atendiendo a las razones dadas el señor Párroco ordenó el traslado de la imagen hacia Pocsi, esto fue en 1798.
Los más antiguos ubican el lugar de parada en el frente del actual Santuario donde hoy se estacionan los colectivos.
Unos dicen que una lluvia de ceniza unida a un fuerte viento impedía la visibilidad por lo cual tuvieron que detenerse dejando la imagen en el suelo y al querer levantar la imagen para proseguir no pudieron hacerlo.
Sea como fuere y aun prestando oídos a los más escépticos si queremos ser fieles a la verdad histórica debemos afirmar que en este lugar del valle de Chapi (donde está el actual santuario).
Esta pequeña capilla sufrió un incendio, pero los pobladores la volvieron a reconstruir y en el año 1868 se cae con el terremoto que asoló el sur peruano.
[8] Como la obra demandaría gran esfuerzo el P. retamoso decide formar una junta con aquellos devotos que quisieran ayudarlo en su propósito.
el techo —que sería abovedado y de calaminas— con una linterna en la parte superior para dar luminosidad al recinto ya que solo había dos ventanas, una en el ábside y otra en la torre que se comunica con el interior.
Todavía pueden verse los restos del sillar que quedaron luego de ser labrados.
Por los comentarios de la gente más vieja esa pequeña cantera dio al sillar necesario para toda la iglesia y las construcciones complementarias.
en la cúpula sobre dos estatuas como de niños o ángeles con los brazos abiertos dando la bienvenida a los peregrinos.
Delante del templo se colocó una cruz como era costumbre en esa época y sobre el arco de la puerta central hay una cabeza como de fraile y se cree que representa al P. Retamoso quien inició la obra.
Aunque lo más probable es que sea del P. León, franciscano, quien como testigo directo se transformó en un propagador de su devoción.
Colores muy utilizados desde la época de la colonia y que actualmente pueden verse en los edificios restaurados como en los claustros del convento Santa Catalina.
Y cerca del ábside se encontraba el altar principal con el retablo donde estaba la imagen de la Virgen que dominaba todo el recinto.
Por detrás del altar había una pequeña escalera que permitía descender la imagen en los días de fiesta.
Frente a toda esta área había una reja que servía además de comulgatorio.