Cuando Eugenia, tras su boda con Napoleón III se instala en París, no duda en contratar a Violeta como su asistenta privada.
Como Eugenia de Montijo no la cree, Violeta ocupa su lugar en el coche imperial y sufre ella el atentado.
Cuando se está recuperando en el hospicio, Juan le pide matrimonio, pero Violeta le dice que va a volver a España y que,si de verdad la quiere, la buscará en la Alhambra.
En 1938 el pintor Salvador Dalí dio el título Violetas imperiales a uno de sus cuadros surrealistas.
Este cuadro fue adquirido en 2015 por la Fundación Gala-Salvador Dalí de Figueras.