Villicus

Villicus está en el origen toponímico de pueblos o ciudades como Villegas, Vilega, Villiquera, etc.

La vilica era aquella esclava o liberta destinada a ser la compañera del capataz encargado de la villa.

Así, la vilica debe ser joven y tener una buena salud que le permitiera desempeñar una gran cantidad de tareas.

En el tratado no se exige ninguna cualidad física del vilicus, más allá de la robustez y la salud.

Sin embargo, aunque a ella se le dan todas las obligaciones inherentes a la administración de la casa, también se constata su participación en tareas en el exterior y que requieren gran fuerza física.

Por otra parte, las actividades de la vilica debían estar supervisadas por su compañero, pues aunque en la práctica toda la responsabilidad recayera en ella, se asumía que las mujeres eran seres “incapaces” (imbecilitas mentis) que necesitaban supervisión y tutela masculina.