Villatoya es una pequeña población albacetense situada en el margen derecho del Cabriel, en el límite con Valencia, donde la provincia da su primer abrazo al Levante; es, por tanto, una de sus villas más septentrionales.
Se documenta que en los primeros años del siglo XIV Villatoya y Cilanco pertenecían a la jurisdicción de Jorquera, aunque por el año 1429 consiguió su independencia y pasó a tener jurisdicción propia.
Con las nuevas posesiones recién adquiridas, Don Diego Zúñiga, fundó el mayorazgo de los Zúñiga, familia que durante varias generaciones sería dueña del término de Villatoya y sus anejos.
Entre los años 1579 y 1588, los Zúñiga, casi arruinados, contrajeron ciertas deudas con otra familia, los Anzures, con los que estaban emparentados.
Con el tiempo, los Anzures, que durante muchos años venían reclamando sus derechos por vía amistosa, después de muchos intentos previos pasaron a hacerlo judicialmente.
En adelante, la resistencia de los colonos fue creciendo hasta hacerse insostenible.
Colonos y señores pasaron casi toda la centuria del XIX con pleitos, en los cuales los señores defendían sus derechos a la propiedad y los colonos pretendían, que como señorío jurisdiccional, de siempre debería estar extinguido, o al menos extinguidas las prestaciones personales derivadas de la condición de tal señorío, pues así lo dejaba dicho el artículo 1.º del 3 de mayo de 1823, que declaraba nulas y de ningún valor ni efecto todas las prestaciones reales y personales, regalías y derechos anexos e inherentes, que tenían su origen en señoríos jurisdiccionales.
El Instituto de la Reforma Agraria inició el expediente pero con el advenimiento del bienio del centro derecha que se abrió en 1934, dejó en suspenso la confiscación de las tierras.