El municipio se encuentra situado junto a la carretera A-333, entre Archidona y Alcaudete.
Una segunda fase, la más representativa, corresponde al bajo imperio, s. IV d. C., con cerámica africanas ornamentadas con palmetas fusiformes, círculos concéntricos, dameros, etc.
Son muy frecuentes los materiales constructivos tipo tégulas, ladrillos macizos e imbrices, así como restos metálicos y de vidrio.
Hoy en día se sigue llamando popularmente a Villanueva de Tapia como “El Entredicho”.
A partir de finales del siglo XV, las dos villas van configurando sus respectivos términos.
En estos deslindes surgieron disputas vecinales, pues ambos Concejos pretendían hacerse con estas tierras, ricas en pastos, con un importante bosque mediterráneo y algunas hazas de labor.
Veinticuatro labradores más corroboran como testigos la antigüedad del nombre del Entredicho y la explicación que dan para justificar dicha denominación es: “Por pretender cada una de las dichas villas que era de su término y, por excusar diferencias, estaban convenidas en pastarlo en comunidad”.
En los años mil quinientos, el paisaje del Entredicho, en sus rasgos estructurales básicos, permanece igual que en la actualidad.
Semejaría islotes separados por el bosque de encinas, mayoritario en la zona, en la que también proliferarían los chaparros, quejigos y alcornoques.
Los montes estarían mucho menos descarnados, más verdes, con zonas de pastos y mayor cubierta vegetal.
Los dos Concejos nombraban comisionados para arrendar las tierras del Entredicho, durante uno o varios años, y para el “remate de la bellota”, los maravedís obtenidos se dividían entre las dos villas.
Cada vez serían más frecuentes las disensiones sobre competencias y atribuciones que se contemplarían como abusivas desde la pequeña villa.
La Corona para acabar con los continuos conflictos y aliviar a la vez sus arcas, convierte en realengas estas tierras.
Pero los concejos de Archidona e Iznájar continúan explotándolas y repartiéndose los beneficios.
D. Pedro favorecía el asentamiento de nuevos labradores que trabajasen sus recién compradas tierras y la villa registraría un importante crecimiento.
Las villas de Archidona e Iznájar continúan arrendando las tierras y repartiéndose sus beneficios.
La comunidad de pastos era practicada cuando las villas grandes ejercían su dominio sobre amplios términos.
D. Rodrigo de Tapia fallece en 1650 sin descendencia, por lo que se origina un largo contencioso entre la familia Del Rosal.
D. Pedro del Rosal es el nuevo señor de esta villa y respaldado por sus plenos poderes decide cambiar su nombre.
Sólo en la zona sur, con la Sierra del Pedroso al fondo (1025 metros), el terreno intenta dar un salto a lo abrupto, aunque sin conseguirlo del todo porque, a la postre, esta notable altura queda integrada sin estridencias en el amable paisaje circundante.
Este último cultivo abunda sobre todo en los campos más cercanos a la provincia de Córdoba.
Todos estos arroyos llegan directa o indirectamente a la cuenca del río Genil.
Teniendo en cuenta la nula influencia del Mar Mediterráneo, las temperaturas invernales se sitúan por debajo de 10 °C.
En la capital de la provincia hay que tomar la salida a Antequera-Granada-Sevilla-Córdoba por la autovía A-45 (N-331).