Su material rondante lo constituía un solo coche tirado por caballos y guiado por don Luis Cantalupi.
No cobraba pasaje porque la empresa lo consideraba como un servicio público indispensable para la subsistencia de la villa que había creado.
En 1903 el tranvía cambia la tracción a sangre por la de vapor y extiende su recorrido.
En la misma, se destacan dos piezas escultóricas como el busto del General Martín Miguel de Güemes y el monumento al Bombero Voluntario.
[1] La Defensa Civil municipal debe advertir sobre escuchar y obedecer acerca de