La villa fue construida entre 1922 y 1929, con una planta irregular y sin un estilo arquitectónico definido, por el comerciante portugués Francisco de Castro, con la propuesta arquitectónica "de ocupación del espacio público por la comunidad".
[1][2][3] Según el periódico Folha de S. Paulo, es "un conjunto surrealista que no acata las reglas del utilitarismo ni obedece la reglas y estilos determinados, sorprendiendo hasta hoy (1978) a los investigadores por su eclectcismo y singularidad".
[1] La piscina, que cogía agua del Itororó, aún funcionaba los años 1980, como parte del club Eden Libertad, habiendo sido erigida una pared de ladrillos a su lado, supuestamente para dar mayor privacidad a los bañistas.
[3] El gobierno provincial pagó a la fundación ocho millones de reales.
[10] Las primeras 86 fueron transferidas a inmuebles de la CDHU próximos, mientras las demás deberían recibir alquiler social hasta haber definida su transferencia definitiva.
[12] La previsión entonces era de que la vila fuera reabierta parcialmente reformada en 2016 y totalmente en 2018.
[12] Mientras la reforma estuviera ocurriendo, estaban previstos exposiciones, seminarios, talleres y otras actividades culturales, a ser realizadas en un almacén anexo, localizado en la Calle Pedroso.
Las obras permitieron recuperar 3 casas y uno de los once edificios que constituyen el complejo.