[2] Tanto su atribución a Palladio y la asunción de que Girolamo Forni lo había construido permanece como mera especulación.
El cuerpo del edificio no ha tenido ningún cambio, con la excepción de la parte trasera, que tenía una serliana todavía visible hoy, y que se interpretaba como una respuesta a la de la fachada delantera, pero más tarde fue reemplazada por una terraza.
Esta serliana asume toda la anchura de la galería y le da una especial importancia visual.
El eje central es extremadamente claro y no resulta roto por ventanas forzadas a través de los muros exteriores como en la Villa Godi.
Pero no es sólo respecto a esto que la Villa Forni Cerato marca un considerable paso adelante en el desarrollo de Palladio; por vez primera, las divisorias entre los distintos pisos de la fachada son claramente visibles.
Una doble cornisa recorre por debajo las ventanas y conexta la galería orgánicamente con el resto del edificio.