La finca perteneció primeramente al empresario minero de origen luxemburgués Guillermo Ehlers y Meyer,[a] aficionado a la botánica que en el siglo XIX convirtió el terreno en un jardín atravesado por cursos artificiales de agua y cultivado con especies vegetales exóticas.
El eclecticismo de Beltrí en este edificio lo orienta hacia un clasicismo que parece inspirarse en las fuentes del manierismo francés.
Sin embargo, Villa Calamari pertenece al tipo de «chalet-cottage» que tanto se puede encontrar en el Cantábrico español como en la Costa Azul o la Riviera italiana.
En este edificio como sucedía con las construcciones de Shaw o Web, el ladrillo rojizo guarnecido con piedra clara es tan francés, Luis XII, como inglés, Reina Ana.
En su interior se conservan algunas habitaciones decoradas con pinturas de flores y pájaros.