Además de las placas de calle con un pulsador por vivienda, es posible encontrar otras que cuentan con un teclado numérico: en ese caso, adaptado para grandes grupos residenciales, las viviendas se identifican por códigos.
A partir de este momento, la persona que se encuentra en el interior del edificio puede abrir la puerta si lo desea o puede iniciar una conversación, que suele ser secreta (no puede ser escuchada por otros usuarios del mismo inmueble).
Para este funcionamiento, el videoportero en su conjunto utiliza la energía en baja tensión que le suministra la troncal del edificio, independientemente de la instalación de las viviendas, por lo que los equipos se pueden utilizar aunque el suministro se haya interrumpido en una vivienda.
También existe la posibilidad de ver la misma imagen y sonido que aparece en el videoportero en la televisión.
También pensando en este tipo de usuarios, al monitor se le puede incorporar un bucle inductivo, elemento que interactúa con los audífonos convencionales facilitando la conversación con el exterior sin que su presencia sea advertida por el resto de usuarios.