[b] Se interesó por la pintura bajo la dirección en primera instancia de Maella y más tarde de Vicente López.
Su obra por excelencia según Manuel Ossorio y Bernard fue un cuadro con figuras del tamaño natural, que quedó sin terminar por su regreso a España, representaba La vuelta de la caza, con una Diana que, arrodillada ante su anciano padre, presentaba el fruto de su destreza.
[2] Este cuadro lo repitió, si bien en pequeño tamaño y sin estudios, entre otros que hizo para el conde de Tepa.
[2] Volvió de Roma en septiembre de 1836 y emprendió por encargo del conde de Isla Fernández el cuadro que representa La última resolución numantina, en cuyo centro se representa a unos sacerdotes arrojando al fuego las alhajas y utensilios de valor que les allegaban los ciudadanos.
[2] También se dedicó a restauraciones, adornos para cincelado y lecciones de dibujo.