Además, dispone de unas mandíbulas potentes, armaduras protectoras y uñas tarsales para sujetar a su víctima.Las mandíbulas son grandes y de color naranja con un diente negro usado para escarbar.V. mandarinia anida en las tierras bajas y bosques, al pie de las sierras.Hacen nidos subterráneos a diferencia de otras especies del género Vespa.El más superior es abandonado al final del verano y se lo deja pudrir.[4] Como en otros insectos sociales el ciclo del nido incluye seis fases.Los machos y obreras del nido anterior han muerto en el otoño.Dominan a avispas presentes de otras especies y tienen prioridad sobre la savia.Hay una jerarquía entre las reinas, las dominantes se alimentan primero mientras las otras esperan en círculo.Una reina inseminada comienza a construir celdillas relativamente chicas en las que cría alrededor de 40 obreras pequeñas.Estas últimas camadas de huevos producen individuos sexuados, machos y futuras reinas.Una vez que los machos y reinas abandonan el nido, no regresan.Los machos esperan a la salida del nido hasta que las nuevas reinas aparecen.[4] En Nagano, Japón, han muerto muchas personas a causa de los avispones.Las abejas oriundas japonesas no elaboran mucha cantidad de miel, así que, en Japón se importan abejas europeas que no han desarrollado defensas contra el avispón gigante.Su forma de comer es trocear a las víctimas y extraer el interior.Cuando llega la avanzadilla (el avispón explorador) las abejas le invitan a entrar al nido.Ella avanza para marcarlo con su feromona, porque así es como está visible olorosamente a sus congéneres.Las abejas, entonces, balancean sus abdómenes para comunicarse la estrategia y, de pronto el avispón se ve rodeado por centenares de abejas, las cuales no le pican, sino que empiezan a vibrar aumentando la temperatura colectiva hasta los 47 °C.La naturaleza y el frío ocasionan la muerte de estos animales, quienes sucumben por inanición.