En la actualidad, su presencia suele darse en actos públicos y celebraciones como bodas, etc.
La venencia nos permitirá extraer una pequeña cantidad de vino totalmente limpio y brillante y escanciarlo en los catavinos desde una cierta distancia, lo que ayuda a que el vino se "abra" en la copa, permitiendo a los catadores apreciar todos sus matices.
La venencia es un instrumento formado por un largo vástago flexible, con una especie de vaso o cubilete en un extremo y un gancho en el otro.
La venencia debe asirse por el vástago, situando la mano lo más cerca posible del gancho.
Los venenciadores más habilidosos siempre cogen la venencia por el extremo mismo del vástago, lo que en el caso de las faenas bodegueras les permite llegar hasta el centro mismo de la bota y servirlo en el catavinos desde una altura mayor.
Debe asirse como si de un lápiz se tratara, entre los dedos pulgar, índice y corazón.
Una vez fuera de la bota y con el cubilete lleno, se hará oscilar la venencia hasta situarla horizontal al suelo.
El venenciador experto juega con este efecto para ir provocando un determinado ritmo de caída del vino.