Los nuevos beatos eran 9 obispos, 14 sacerdotes, 3 religiosas y un laico padre de familia; entre ellos 4 misioneros redentoristas;[1]el obispo Teodor Romzha, el sacerdote Omelián Kovch y 25 compañeros más.
En la década de 1920, los bolcheviques eliminaron a sus oponentes e impusieron la ideología soviética.
Durante la Segunda Guerra Mundial de 1941 a 1944, la Iglesia fue sacudida por la ocupación nazi.
Todas las comunidades católicas que no se han unido al Patriarcado Ortodoxo fueron prohibidas.
Estos mártires, murieron para permanecer fieles a la tradición católica y al Papa con sede en Roma.