El nombre quizás[cita requerida] tenga una raíz proto-indoeuropea *wen- «luchar, ganar», relacionado con Venus (comparar con Vanadis), Wynn (protogermánico *Wanizaz, griego antiguo Wanax).
Un relato en prosa evemerizado en el Heimskringla añade que la hermana de Njörðr (cuyo nombre no se menciona) y Kvasir eran vanir.
Se ha especulado sobre si los vanir representaban originalmente deidades preindoeuropeas o dioses indoeuropeos de la fertilidad, y se ha teorizado sobre una forma de los dioses tal y como eran venerados por los anglosajones paganos.
Estos vivían junto a los æsir en el Asgard, después del intercambio de rehenes tras la guerra que los enfrentó.
Skirmir lo hizo, y luego de amenazar a Gerd con maldecirla, ella aceptó casarse con Frey.
Debido a este incidente, Frey no tendrá su espada cuando llegue el Ragnarök.
El origen de algunos vanir, como Skaði, Lýtir, Gerd y Óðr es debatido.
Las eddas posiblemente identificaron a los vanir con los elfos alfar, es frecuente que intercambien "æesir y vanir" por "æesir y alfar" cuando quieren referirse a todos los dioses.
Sus tres raíces estaban situadas en Niflheim, otra en Jotunheim y la tercera en Asgard, lo que daba estabilidad al universo.
Junto a la raíz del Jotunheim estaba el pozo de la sabiduría vigilado por Mimir.
Durante mucho tiempo los æsir, gigantes, enanos, duendes y los hombres vivieron en armonía.
Siempre que visitaba Asgard dejaba entrever su pasión por el oro y tanta avaricia resultaba repulsiva a los ojos de los æsir.
Un día, durante uno de sus viajes, los æsir no pudieron soportarla más, y la mataron.
Tres veces la mataron los Aesir, y otras tantas la arrojaron al fuego, pero cada vez ella resucitaba de las llamas.
Heid pronto se convirtió en una diosa de la maldad, que esparcía sus poderes para corromperlo todo.