En 1982 fue declarado santuario de la naturaleza y es parte de la reserva nacional Los Flamencos, su ingreso está administrado por la Conaf y es accesible desde San Pedro de Atacama.
Su extensión abarca desde el oeste por la cordillera de Domeyko, por el este por Toconao y Peine por el sur.
[1] Estudios geológicos recientes indican que existió un gran lago o mar interior perimetral en el sector El Tambo entre Toconao y Peine a finales de la Era Terciaria formada por la cuenca hidrográfica del volcán Licancabur cuyos arrastres aluvionales y depósitos de detritos formaron la base de la cordillera de la Sal los cuales se depositaron a partir de una falla tectónica de la Cordillera de Domeyko, que es la base de tan peculiar paisaje.
[2] Fue modelado a lo largo de milenios por la erosión fluvial y eólica, las que han tallado su suelo en formas tales como: crestas con puntas, hondonadas, montículos de colores grises y ocres, que le dan esa apariencia lunar tan característica.
Este supuesto concierto nunca se planificó, pero subsiste como mito urbano entre los fans locales.