Es uno de los lugares en los que sigue en uso la lengua aragonesa, en la variante conocida como cheso, nombre tomado del gentilicio que se aplica a los habitantes del valle, actualmente el cheso cuenta con 658 hablantes repartidos principalmente por todo el Valle de Hecho.
Cuando pensamos en el Pirineo, lo primero que nos viene a la mente son paisajes, naturaleza en estado puro.
En este valle, la historia que nos precede es casi tan rica como su naturaleza.
Más tarde serían los romanos quienes, en su conquista del mundo, construirían a través del valle una de sus tres calzadas pirenaicas, el Summo Pyreneo o Caesaraugusta–Beneharnum, la ruta que unía Zaragoza con Francia y por la que pasaban incluso carruajes.
El condado carolingio de Aragonum formado por Hecho y Canfranc, se anexionó más tarde con los valles próximos, se expandió a la Jacetania y, progresivamente, se fueron uniendo otros territorios hasta incluir los condados de Sobrarbe y Ribagorza para ver nacer al Reino de Aragón.
[4] En Siresa y en el monasterio, cuya iglesia aún podemos contemplar hoy, vivieron hasta 150 monjes que custodiaban una impresionante biblioteca.
Los navateros chesos fueron poderosos comerciantes de madera durante los siglos XV al XVII y ambos reyes les concedieron el privilegio de libre tránsito por las ciudades por las que cruzaban sus navatas.
Asimismo, recibimos y ayudamos a los que huían de la Francia ocupada por los nazis.
Echo (sin H) está restringido al uso cotidiano y normalmente se relaciona con el nombre en aragonés cheso del municipio "Val d'Echo".
El entorno del parque natural formó parte del hábitat de los últimos osos pardos puramente pirenaicos, hasta la muerte del último oso autóctono del Pirineo llamado Camille, actualmente quedan ejemplares mixtos de oso pardo pirenaico y oso pardo esloveno, reintroducidos por el gobierno francés en 1996/97, junto con oso puramente eslovenos repartidos por todo el Pirineo español y francés.