Valeriano

Su gobierno concluye tras su derrota y consiguiente ejecución tras la batalla de Edesa contra los persas sasánidas en 260, tras lo cual Galieno asumió la regencia del imperio en solitario.En 238 ya era princeps senatus, y Gordiano I negoció con él su reconocimiento como emperador por parte del Senado.Valeriano quedó a cargo de los asuntos en Roma cuando Decio partió para su última campaña desafortunada en Illyricum.El Senado proclamó emperador a Emiliano, pero Valeriano no aceptó esta designación y marchó en su contra.El Senado reconoció este nombramiento rápidamente, no solo por miedo a las represalias, sino sobre todo, por considerarle uno de los suyos.En el 253 sucedió la primera gran invasión de bárbaros en la Galia, región que no pudo ser bien defendida debido a que Valeriano se había llevado los ejércitos apostados ahí a Italia para proteger su recién adquirido trono.Para el año 257, había recuperado Antioquía y devuelto la provincia de Siria al control romano.Un año más tarde, en agosto de 258, un Senado consulto amplió el edicto al prescribir: Fruto del edicto fueron martirizados en Roma los Papas Esteban I (254-257) y Sixto II (257-258), sus diáconos Agapito, y el popular San Lorenzo.Al final de 259 se trasladó a Edesa, pero una epidemia diezmó sus tropas, debilitando las posiciones romanas.Se cree que fue cruelmente ultrajado, al ser obligado a tragar oro fundido, y posteriormente ejecutado.
Áureo con efigie de Valeriano
Relieve sobre roca en Naqsh-e Rustam de Sapor I (a caballo) con Felipe el Árabe y el emperador Valeriano arrodillado