Interesado en el cine, interpretó pequeños papeles en películas producidas en Francia.
Fue Benito Perojo quien vio en él aptitudes para representar un papel destacado en El negro que tenía el alma blanca (1927), película con la que se reveló como artista de cine.
Poco después, el éxito de otra película del mismo director, La condesa María, lo consagraría como figura del cine mudo español.
Fue contratado por la MGM para rodar en Hollywood la versión castellana de la película Paid, en la que no llegó a intervenir porque se suspendió el rodaje.
En 1931, durante el viaje de regreso en barco, conoció a la soprano y actriz estadounidense Grace Moore, con la que contrajo matrimonio en Cannes el 15 de julio del mismo año.