En los Upanishad hay numerosas referencias a Vaiu, particularmente en el Brijad-araniaka-upanishad, donde se relata la historia de las divinidades que controlan las funciones vitales y su lucha para determinar cual de ellas es la imprescindible.
Esto pasa con todas y cada una de las funciones reguladas por los dioses que controlan el cuerpo, excepto con Vaiu, que en este relato demostrará ser el imprescindible aliento que permite realizar su función al resto de deidades y por tanto mantener la vida.
Según el texto sánscrito el Ramaiana (siglo III a. C.), Pavan ―otro aspecto de Vaiu― tuvo un papel importante en cómo la humana Anyana tuvo a su hijo semidiós Jánuman (antropoide parecido a un mono).
Según el Majabhárata (siglo III a. C.), el dios Vaiu tuvo relaciones sexuales con la reina Kunti (esposa del rey Pandu), quien así tuvo su segundo hijo: Bhima (uno de los cinco Pándavas), quien tenía la fuerza destructiva de su divino padre.
Él afirma en sus libros ―citando el Rig-veda (el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C.) como evidencia― que él era un avatar de este Mukhia-Vaiu, que se encarna para enseñar a las almas dignas la correcta veneración del dios Vishnú y para corregir los «errores» de la filosofía aduaita (que considera que Dios y las almas son lo mismo), de la que él estaba en contra.