Vacuna antineumocócica

[2]​ Se administran mediante inyección intramuscular o subcutánea.[2]​ Las tres o cuatro dosis recomendadas tienen entre un 71 y un 93 % de eficacia para prevenir la enfermedad neumocócica grave.[2]​ Las vacunas de polisacáridos, si bien son efectivas en adultos sanos, no son efectivas en niños menores de dos años o en aquellos con una función inmunológica deficiente.[2]​ Con la vacuna conjugada, alrededor del 10 % de los bebés desarrollan enrojecimiento donde la inyección se pone, fiebre o cambios en el sueño.[2]​ La primera vacuna antineumocócica se desarrolló en la década de 1980.