A fines del siglo XX, obras representativas como: Displacements (Michael Naimark, 1980-2005), Corps étranger (Mona Hatoum, 1994), Ebb y Please (Amy Jenkins, 1996), Man She She (Tony Oursler, 1997) y The homeless projection: a proposal for the city of New York (Krzysztof Wodiczko, 1986) marcan el punto en el que el video mapping se puede extender a todo tipo de campos y proyectos.Por eso en el vídeo mapping se aplica la profundidad y la tridimensionalidad volumétrica que necesita la animación para crear la ilusión, principalmente es en 3D.La base de este juego tiene en cuenta: la luz y la interacción con los elementos físicos sobre los cuales se proyecta.Además la observación del vídeo mapping, en el efecto en 3D generado, se tiene que colocar desde un punto en concreto.En tal caso la proyección acompañará al resto de los elementos en el escenario y formará todo un conjunto global.El uso del elemento sonoro se realiza a diferentes niveles, la banda sonora y los efectos especiales son recursos muy efectivos que ayudan a subrayar acciones en el vídeo como la caída de elementos o la construcción y deconstrucción de estructuras por ejemplo.[5] El mapping es una herramienta que se ha llegado a utilizar en muchos aspectos, tanto artísticos, como meramente comerciales.Su propósito es embellecer temporalmente el valor arquitectónico de un edificio, relatando la historia del lugar o simplemente darle un toque fantástico a la arquitectura.El table mapping permite proyectar sobre una mesa cualquier tipo de imágenes 3D teniendo en cuenta todos los elementos que hay en ella.Los escenarios que suelen utilizar son grandes edificios para darle mayor visibilidad e impacto a la proyección.Últimamente los mini o micro mappings están revolucionando esta técnica ya que ofrecen formatos más pequeños y económicos.
Vídeo
mapping
(arquitectónico) sobre el edificio del Parlamento de Canadá en Ottawa, por el aniversario de la nación.