Ya desde el inicio de su carrera se destacó por su habilidad, su resistencia, su potencia física y su buen juego.
Es un jugador con gran capacidad técnica, por lo que es capaz de sumarse al ataque con bastante rapidez.
Víctor Paredes llegó a Buenos Aires en 1987, quedando en las inferiores de Atlanta donde lo ficha otro histórico del club, Jorge "Puchero" Domínguez.
En 1989 pasa a quinta división, pero también continua apareciendo en reserva, donde en febrero convierte su primer gol.
A fines de 1990, juega su primer partido como titular frente a Talleres Remedios de Escalada (Misma cancha que disputaria su partido número 300, diez años y medio después).
La vuelta de Atlanta al fútbol trajo consigo problemas económicos, escasos ingresos, y las malas condiciones para entrenar, a su vez se le suma el maratón de partidos que durante el verano Atlanta debió afrontar para ponerse al día.
También estuvo acompañado por un gran momento de otro ídolo del club, Fabián “Pepe” Castro.
Durante esas grandes temporadas, más específicamente en el año 1992 Paredes fue convocado para la Selección de la Primera B, que en ese momento era comandado por José Bernabe Leonardi.
Durante esa época disputaron diferentes amistosos como frente a River, Boca e Independiente de Mendoza.