Este era un momento crucial para la banda: con la formación al completo, la banda pasó por un proceso de grabación "espiritual" hasta acabar uno de los discos clásicos del britpop, Urban Hymns.
El primer sencillo, Bitter Sweet Symphony, entró en las listas británicas en el n.º 2, y llegó hasta el nº12 en los EE.
Posteriormente sería lanzado el segundo sencillo, The Drugs Don't Work, el cual alcanzaría el n.º 1 en el Reino Unido.
The Verve también obtendría el premio a Mejor grupo del año.
Sin embargo, y teniendo en cuenta el éxito que la canción estaba teniendo, una nueva instancia judicial obligó a The Verve a ceder el 100% de las ganancias que la misma generara.
[2] En una entrevista, Ashcroft dijo: "esta es la mejor canción que Jagger y Richards han escrito en los últimos 20 años".