Sin embargo, esto fue dificultado por la desconfianza producto del clima de persecución ideológica y acusaciones entre organizaciones gremiales.
Para resistir a la persecución y poder expandir su influencia en el magisterio chileno, formaron la Federación de Maestros.
Por lo mismo, se sumaron a la UNE, confederación de diversas organizaciones docentes apolíticas y reaccionarias.
Al igual que la AGP y la FM, la UNE buscaba mejoras a la condición del profesorado.
En 1934 se funda el Frente Económico del Magisterio (FEM), organización que -reuniendo a maestras de diversas tendencias- exigiría al gobierno mejoras concretas.
[3] Si bien el apoliticismo fue fundamental para la forma en que el FEM enfrentó la movilización, dentro del magisterio la tesis de frente único defendida por la FM le daba a los comunistas una ventaja sobre otras organizaciones.
No obstante, la misma política les impedía aliarse con socialistas y mucho menos con radicales.
[8] Aunque la UPCh pretendía unificar al magisterio, este objetivo se demostró inviable por dos razones.
Primero, la alianza política que la posibilitó, el Frente Popular, se quebró a los pocos años, dejando en evidencia los intereses en conflicto dentro de la coalición.
[9] Esta situación cambió en 1944, cuando se sumó a otras organizaciones docentes en la fundación de la FEDECh.
A diferencia del plan unitario de la UPCh, en esta confederación cada rama mantendría su organización autónoma.