Unión Pacífico (Union Pacific) es una película en blanco y negro de Estados Unidos dirigida por Cecil B. DeMille.
Al poco de finalizar la Guerra de Secesión se pone en marcha la ampliación de la línea de ferrocarril con la que Washington pretende unir varios extremos de ese enorme país.
Ha llegado el momento de expandirse hacia el oeste y de crear nuevos asentamientos de colonos que se convertirán en el embrión de las futuras ciudades de un país que deposita todas sus esperanzas en la iniciativa del individuo y en la actividad de la industria.
Por supuesto, tan gran empresa va a presentar enormes dificultades entre las que destacan la codicia que despierta entre todo tipo de especuladores y aventureros, la no menos importante presencia de los indígenas de las enormes llanuras y bosques a punto de ser conquistados, un grupo de tribus belicosas y opuestas por instinto a cualquier forma de supuesto progreso que pueda traer consigo el hombre blanco.
Por audaz que parezca, esta equiparación encajaba perfectamente con la visión protestante y anglosajona del director y de buena parte de su numerosísimo público, si bien lo que de verdad importa es la creación de una película filmada desde la perspectiva de la épica más absoluta, en la que cabe todo, desde la historia de amor entre el rudo agente de la ley y la no menos ruda mujer de negocios hasta la guerra con los indios —rescate in extremis incluido— y el triunfo del orden y la ley en su lucha a muerte con quienes pretenden sembrar la corrupción a su paso.