El sindicalismo argentino se organizó inicialmente a partir de sindicatos locales -generalmente por oficio- que luego de unos años empezaron a asociarse entre sí para formar federaciones nacionales.
Los estatutos de la Unión Ferroviaria dispusieron que todos los trabajadores que se desempeñaban en empresas ferroviarias, sin importar oficio, sección o empresa, podían afiliarse a la unión y elegir a sus autoridades nacionales, las que a su vez organizaban las secciones locales.
[1] La nueva organización sindical centralizada y vertical, especialmente la unión por rama nacional del que la Unión Ferroviaria fue el modelo madre, se correspondía con la nueva organización empresarial verticalista que generalizó la empresa estadounidense Ford Motor Company y que por eso recibió el nombre de fordismo: El modelo "unión" creado por la UF fue adoptado en la década de 1920 por otras organizaciones sindicales, como ATE (1922), la Asociación Bancaria (1924) y la Unión Tranviarios (reorganizada según este modelo en 1927).
Al crearse la Confederación General del Trabajo en 1930, esta central promovió la organización sindical nacional por medio de uniones o federaciones-confederaciones por rama.
En las siguientes dos décadas se crearon las grandes uniones del sindicalismo argentino: UOM (metalúrgicos), UOCRA (construcción), SMATA (mecánicos), AOT (textiles), Luz y Fuerza (energía), UPCN (estatales), entre las principales.