Hoy en día se la considera una novela clásica francesa y lectura obligada para los estudiantes de secundaria en Francia.
La historia comienza con el recuerdo de una víbora en la mano del joven Jean Rézeau, quien la sostiene en su puño hasta ahorcarla.
Gradualmente, esto se convierte en una perversa guerra doméstica que incluye dos intentos de matar a su madre.
La primera con una sobredosis de medicina que sólo logra afectarle el estómago.
Los varios sacerdotes que aparecen como educadores colaboran con la madre del narrador en sus locuras crueles; otros fornican con mujeres jóvenes.