Un buen día lo tiene cualquiera es una película española de 2007 dirigida por Santiago Lorenzo.
[1] Se desarrolla íntegramente en la ciudad de Valladolid,[2] destacando las numerosas escenas en el Edificio Duque de Lerma y el Café del Norte.
Arturo (Diego Martín) es un treintañero que se queda sin dinero tras perder el trabajo y su casa.
Un amigo suyo, Joaquín (Roberto Álamo), le convence para que se acoja a un Plan Social del Ayuntamiento en el que debe hacer compañía a un anciano solitario a cambio de alojamiento a un precio módico.
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