Txindoki

La leyenda dice que en su cumbre "Mari", la diosa por excelencia del Olimpo Vasco, tiene una de sus residencias.Txindoki es la primera montaña que subió, siendo niña, la alpinista Edurne Pasaban, porque aquí venía con sus padres.Quedan visibles la arista y el barranco, poblado de bosque autóctono, que caen desde la cumbre.Los dólmenes, menhires y túmulos jalonan las campas de Aralar recordando que, en el pasado, había habitantes que se mantenían de la caza y el pastoreo por estas mismas campas donde hoy siguen pastando las ovejas.A continuación emprendemos una dura subida por un sendero al este, ganando altura rápidamente, hasta situarse en la base de la roca en Amezti.La pared que encontramos, el frontón se salva mediante unos buenos agarres; tiene dificultad IV.Por la vertiente sur pasamos a un pequeño rellano y una canal herbosa hasta el diedro de salida (al que se entra por la derecha).No en vano su afilado pico es visible desde cualquier parte del País Vasco, y desde él se divisan todas las otras cumbres que sirven de morada a esta mítica diosa.Aquí se encuentra la primera borda, Ziate Bekoa (920 m) nada más doblar a la izquierda y superar una pequeña cresta.Se inicia el itinerario normal hasta Gaztesuiko langa de donde por un sendero al este.Se emprende una dura subida, alcanzando altura rápidamente, hasta situarse en la base de la roca en Amezti.
Vista del Txindoki y su arista
Cumbre del Txindoki