Twister (juego)

La empresa que producía el juego, Milton Bradley, fue acusada por sus competidores por vender “sexo en una caja”,[3]​ lo cual nunca sería aceptado por la sociedad norteamericana de aquella época.Guyer bautizó a su juego como Pretzel, y fue Bradley quien le cambió el nombre por Twister antes de lanzarlo al mercado.Además, ha sido aceptado por todas las clases sociales, dándole la popularidad de la que aún goza.En uno de sus artículos, los sociólogos Ben Carrington, David L. Andrews, Steven J. Jackson y Zbigniew Marzu, afirman que "...las interpretaciones del impacto de la globalización pueden ser clasificadas en dos campos teóricos muy diferenciados: el económico y el cultural".Desde el punto de vista económico, Twister llega a todos los niveles socioeconómicos de la demografía, y no encuentra resistencia cultural en ningún sector, por lo que podemos decir que es un fenómeno fácilmente aceptado a nivel mundial.
Una partida de Twister.