Aunque la fama de su origen se le atribuye a este último pueblo, su origen se encuentra en la fértil imaginación de la industria artesanal confitera de Priego, posiblemente se empezó a elaborar a finales del siglo XVII.
Su nombre es una combinación de turrón y chocolate.
Está fabricado a base de cacao y almendras o cacahuete, azúcar y canela.
En tiempos pasados fue común obsequio a las madres recién paridas, por lo que también se relaciona su consumo con la suerte y las buenas noticias.
Si bien se puede tomar solo, quizás su acompañamiento ideal es junto a una barra de pan con aceite de la tierra.