[2] Durante sus pruebas siguientes alcanzó la velocidad récord para la época de 34 nudos (63 km/h),[3] y los pasajeros a bordo estaban absolutamente convencidos de que el Turbinia era el lebrel ganador del mar del Norte.
En esta demostración, el Turbinia (que era mucho más rápido que todos los demás barcos de la época), trazó su camino entre dos filas de grandes buques y, a todo vapor, pasó hacia delante y atrás con toda impunidad frente a la multitud y los príncipes, evadiendo fácilmente a un barco de vigilancia de la Royal Navy que intentaba detenerlo.
Aunque estos dos barcos se hundieron, el Almirantazgo estaba convencido con esta nueva tecnología.
En 1900, el Turbinia navegó hasta Francia y fue exhibido durante la Exposición Universal de París.
El Turbinia forma parte de la National Historic Fleet, Core Collection.