Dos de los falsos testigos son asesinados (uno en un accidente simulado, y el otro agoniza en un hospital), así como la prostituta Nascarella (María Baxa), novia de Santoro, la cual muere en extrañas circunstancias (suicidio según la oficialidad) debido a que en su casa tenía una fotografía de la escena del asesinato en el estadio tomada por el fotógrafo Cammarata (Vittorio Duse).
El constructor Mariano Fridda (Marcel Bozzuffi), emigrante siciliano con éxito en Turín, había decidido asesinar a su subordinado Santoro porque sus métodos demasiados brutales lo habían convertido en un personaje incómodo y odiado por otros empleados.
Fridda, al mismo tiempo se quitó de encima a Rosario Rao, dado que este último con su activismo sindical, podía amenazar con desestabilizar la empresa y ponerlo en contra de sus trabajadores.
El sicario Máscara (Mario Pilar) encuentra a Mino y le sacude una paliza dejándolo al borde de la muerte.
Por su parte, Rosario Rao obtiene un permiso especial para salir de la cárcel durante tres horas y visitar a su hijo al hospital.