Dado que, actualmente todo el contenido de televisión es en color, los tubos fotoemisores, como el Orticón), han quedado obsoletos.
Algunos ejemplos son el Vidicón (primer tubo comercializado de base fotoconductora), el Plumbicón, el Ledicón y el Saticón.
También concentra la señal eléctrica resultante del proceso de exploración, y en ella se recoge el material semiconductor que compone el mosaico.
Se estima que, la capa fotoconductora está formada por una elevada cantidad de elementos resistivos, superior a los 400.000.
Los equipos de un solo tubo emplean unas retículas coloreadas, ubicadas en la trayectoria del rayo luminoso entrante en la escena.