Es uno de los cuatro Rosh Hashanot (Años Nuevos) mencionados en el Mishná, la base del Talmud.
La Torá enseña que la naturaleza debe ser respetada, aún en tiempos de guerra.
Por ello se celebre el año nuevo de los árboles justo en esa fecha.
("Semilla" es utilizada en este caso, como concepto de descendencia, hijos, discípulos).
Al elegir la palabra "semilla" para esta comparación, los Sabios nos transmiten las ideas e imágenes que surgen por sí mismas.
Debemos nutrir "potenciales árboles frutales", que darán origen a generaciones de su misma especie.
Como contrapunto de esto, si nuestra juventud crece solamente con el aporte de la cultura que cotidianamente nos circunda, se verá carenciada del cálido entusiasmo por una vida llevada a cabo de acuerdo a la Torá, "el árbol podría deformarse" debido a la marca efectuada en la "semilla".