[12] Es una especie muy pescada y criada en acuicultura con una importancia comercial grande, se vende fresco, congelado, ahumado, en salazón o enlatado, cocinándose en multitud de maneras, muy apreciado en gastronomía.[16] En la Argentina, se lo introdujo en los valles Calchaquíes hacia mediados de la década de los 70,[17] pero estudios científicos señalan que su introducción está dañando especies endémicas del lugar,[18] como los bentos, la Corydoras gladysae y la Jenynsia maculata.[19] En los años sucesivos, las introducciones de truchas arco iris en nuestro país mermaron considerablemente, quedando registrada para Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis, Córdoba, La Pampa, Buenos Aires y toda la Patagonia.Entre las provincias del NOA, Catamarca y La Rioja registran la más baja diversidad de peces (34 y 14 especies citadas respectivamente) lo que evidencia aún más la amenaza de introducir una especie exótica invasora.[20] Esta especie es conocida por su capacidad depredadora, afectando directamente a peces autóctonos y otros organismos acuáticos.Asimismo, se ha reportado que puede transmitir enfermedades y parásitos a las poblaciones locales, exacerbando el riesgo para los ecosistemas afectados.
Rango de distribución nativo de la trucha arcoíris