El concepto fue acuñado por John Elkington en 1994, y desarrollado por él mismo en su libro The Triple Bottom Line: Does it All Add Up,[2] publicado en 2004 en inglés.
Las evidencias de desempeño en relación con el triple resultado se manifiestan en los informes de sostenibilidad o responsabilidad social corporativa.
Hasta 2009 la elaboración y publicación de los mismos seguían siendo de carácter voluntario y evolutivo en todo el mundo.
Idealmente, una organización con buen desempeño en términos contables de triple resultado tendría como consecuencia la maximización de su beneficio económico y responsabilidad ambiental, así como la minimización o eliminación de sus externalidades negativas, haciendo énfasis en la responsabilidad social de la organización ante los grupos de interés, y no sólo ante los accionistas.
Asimismo se puede optar por realizar de forma voluntaria o involuntaria.