Trinitas terrestris con los santos y el Padre Eterno

Sin embargo, los acontecimientos que condujeron a las obras al complejo del convento no son seguros y viven en un doble escenario de hipótesis, apoyadas por unos u otros historiadores del arte.

[2]​ Las pinturas formaron parte del conjunto del convento de la Santísima Trinidad de las Monjas hasta 1813, cuando los lienzos fueron retirados de la iglesia al ser suprimida la orden religiosa a la que se había confiado el edificio; las obras pasaron así a formar parte de la colección borbónica y, por tanto, fueron trasladadas al Museo Nacional de Capodimonte.

Entre las obras maestras del pintor español destaca el cuadro Trinitas terrestris, cuyo virtuosismo anticipa los que sólo se adquirirían definitivamente a partir de la tercera década del siglo XVII, es decir, en las obras de la plena madurez artística de Ribera.

La escena representa la Trinitas terrestris (Trinidad terrestre) en la parte inferior, a continuación la Sagrada Familia en el centro (María, el Niño Jesús y San José), a la izquierda San Bernardo y al fondo San Buenaventura, a la derecha San Benito y San Bruno en primer plano arrodillado, Esta última iconografía fue tomada de un cuadro anterior de Ribera con el santo, la Virgen y el Niño con San Bruno, hoy en la Gemäldegalerie de Berlín, y será retomada en un panel posterior para los padres cartujos de San Martino, donde retrata al santo recibiendo la regla.

[2]​ Si a la composición de la Trinitas terrestris se añade el lienzo del Padre Eterno (donde Dios se representa con un putto y la esfera celeste), se configura también la iconografía de la Trinitas coelis (Trinidad celeste), construyendo así una única máquina escenográfica que representa una doble Trinitas.

Vista general de los dos lienzos.