Tres movimientos perpetuos
[5] La suite fue un éxito inmediato del público y los artistas intérpretes, y sigue siendo una de las obras más popular del compositor.[7] Un Poulenc más maduro meramente toleraba la pieza,[8] juzgándola, al igual que gran parte de su música alegre y ligera, trivial en comparación con su música más seria.El pianista Pascal Rogé, comentó, «a los franceses no les gusta la imagen de sí mismos que Poulenc les envía.Lo ven como superficial, mientras que ellos quieren ser vistos como serios».Los críticos Marina y Víctor Ledin escriben, «cada una de las tres piezas termina de forma incoclusa, dejando la música sin resolver, para quedarse en nuestras mentes».