Tratado de Villafranca

El tratado establecía que la mayoría de Lombardía incluyendo su capital, Milán, pero excluyendo Mantua y Legnago (las dos eran fortalezas austriacas) pasa a formar parte de Francia.

El tratado, además, devuelve sus respectivos tronos a los gobernantes de los estados italianos quienes habían sido derrotados anteriormente tras levantamientos y revoluciones.

El emperador francés Napoleón III Bonaparte firmó el tratado sin haberlo acordado previamente con su aliado Reino de Cerdeña, lo cual llevó al primer ministro sardo, Camillo Benso a dimitir de su cargo.

Finalmente, en estos estados se hicieron plebiscitos, tras los cuales estas tierras fueron unidas a Cerdeña.

Henry Kissinger, en su obra Diplomacia (1994), declara en relación con la política internacional de Napoleón III.