Además Finlandia recibió Petsamo, con su puerto libre de hielos en el océano Ártico.
El tratado también tenía otros artículos, incluyendo garantía soviética a libre navegación de barcos mercantes desde los puertos finlandeses del lago Ladoga (Laatokka en finés) al golfo de Finlandia por el río Neva.
Después de que Finlandia se declarara Estado soberano y tras el Tratado de Tartu, todavía quedaba un dilema importante por responder, la dirección que tomaría la política finlandesa hacia la recién nacida Unión Soviética.
Además, el país del norte intentó crear relaciones diplomáticas más estrechas con los Estados occidentales que compartían fronteras con la URSS[2].
Durante toda la década de 1920, la política exterior finlandesa adoptó una orientación defensiva antirrusa, ya que la principal amenaza para la seguridad nacional de Finlandia y los Estados vecinos era, naturalmente, la Unión Soviética.