Según los términos del tratado, Enrique IV de Francia otorgaba Saluzzo a Saboya.
[1][3] Saboya perdía la frontera con el Franco Condado y la Monarquía Hispánica veía amenazado el «Camino Español» a través de las tierras al oeste de Suiza.
[1] Para evitar la interrupción del camino, Francia cedió a Saboya los pueblos de Chézery, Lancrans, Léaz y Éloise pudiendo pasar las tropas españolas por el puente de Gresin.
En 1760 por el Tratado de Turín estos municipios pasaron a Francia.
Este tratado tuvo otras consecuencias, pues puso final a las esperanzas expansionistas de Ginebra y puso a los ginebrinos por primera vez en su historia en una frontera compartida con el Reino de Francia.